En Turquía, ser propietario de mascotas no está al alcance de todo el mundo.
Si la nueva legislación sobre protección animal que prepara el gobierno turco
es aprobada, tal y como se espera que ocurra en los próximos meses, aquel que
desee tener un animal doméstico en casa deberá acreditar que posee el
entorno y los conocimientos necesarios para cuidar de él.
«Cualquier persona que adopte,
posea, venda o cuide de un animal necesita tener un alojamiento adecuado para
el bienestar del animal, cubrir sus necesidades etológicas y cuidar de su
salud», afirma Selçuk Özdag, jefe de la subcomisión parlamentaria sobre Medio
Ambiente.
«Las personas
que vendan o adopten animales están obligados a tomar medidas
de precaución para prevenir la contaminación y el daño ambiental, y las
incomodidades originadas por los animales. También tendrán que compensar
cualquier daño producido por no tomar estas medidas a tiempo», ha explicado el
político, diputado del gobernante Partido Justicia y Desarrollo por la
provincia de Manisa, y uno de los promotores del proyecto de ley.
Pero además, la medida obliga a
los propietarios de mascotas a recibir cursillos de entrenamiento sobre su
cuidado. «Aquellos que vendan o posean animales están obligados a participar en programas
de formación organizados
por las administraciones locales y obtener un certificado. Se impondrá una
multa de 1.000 liras a aquellos que vendan mascotas a gente que no ha recibido
el certificado de formación en cuidados animales», comenta Özdag, citado por el
diario «Hürriyet Daily News».
ABC.es
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